PRESENTACION Y PROPÓSITO

Orientaciones de Daisaku Ikeda (fragmentos)

La Soka Gakkai es una organización que, basada en los principios y en la filosofía del Budismo de Nichiren Daishonin, trabaja para concretar el gran deseo del kosen-rufu: la paz y la felicidad para todos los hombres.En este sentido, es la organización la que existe en bien de la gente, y no a la inversa. Por favor, jamás se olviden de este punto. […] Esto es lo que quiero pedirles especialmente, a todos, con la voz de mi corazón. Uno puede decir que la Soka Gakkai es un organismo que cobró vida y forma, específicamente, para hacer surgir la bondad fundamental del corazón humano, engrandecerla y fortalecerla. Sin la organización, no habría orden ni cohesión en nuestra labor. Una entidad dedicada al bien fortalece en el hombre la capacidad de trabajar hacia el bien, y promueve en sus miembros un crecimiento y una autosuperación sin límites. No frena el progreso de la gente ni la deja a merced de sus propias flaquezas, por el contrario, apoya el desarrollo de las personas, las encamina en un rumbo sólido hacia su felicidad y su crecimiento individual. En tal sentido, la organización es solo un medio ya que el fin es que la gente sea feliz. Por ello, aunque usemos el término “organización”, en realidad Gakkai es un conjunto de vínculos entre individuos. Y ésta es la razón por la cual la Soka Gakkai ha valorado y sigue respaldando a cada miembro sin flaquear. Si lo olvidáramos, terminaríamos construyendo una estructura opresiva y restrictiva para la gente. 
AS 862 / 864 

Nuestro propósito es llevar a la realidad el espíritu fundacional de la Soka Gakkai y contribuir a la reflexión e introspección como creyentes en algunas cuestiones claves, como por ejemplo: “¿Por qué no soy plenamente feliz tal como promete el gosho?”, “¿Por qué la organización está estancada?”, “¿Por qué no logro armonizar a pesar de estar orando por ello?”, “No planteo situaciones que me hacen sufrir porque me han orientado que no debo quejarme” etc. Para dar respuesta a estos y otros interrogantes, es necesario revisar algunos conceptos que hemos establecido como verdades, solo por el hecho que venimos repitiéndolas desde siempre, pero sobre las cuales no nos hemos puesto a analizar si es que concuerdan con nuestros pensamientos y acciones.


IMPORTANTE

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domingo, 29 de marzo de 2009

LA FELICIDAD



(Resumen extraído del Cáp. 4 de "El Buda en tu Espejo" de W.Hochswender, G. Martin y T. Morino)


¿Cuál es el objetivo de nuestra vida? ¿Es la Felicidad ?

Dado que conforme avanzamos por la vida, vamos encontrando obstáculos continuamente, muchos de nosotros nunca nos damos totalmente cuenta que, salvo en breves interludios, la felicidad es una de las metas más fundamentales de la vida.
Muchas veces, nuestra experiencia de la felicidad es tan fugaz que en general rememoramos obsesivamente a los tiempos pasados como mejores, lo que no quiere decir lo hayan sido, pero como ya pasaron, ahora no sufrimos por lo pasado

¿Qué buscamos?
Riqueza, Salud, Éxito, Status, Libertad, Felicidad.

Según Tomás Jefferson el ideal de nuestra búsqueda sería la vida, La libertad y la felicidad.

La visión imperante de la felicidad de gran parte de la gente sugiere que la riqueza, la fama, el éxito, la juventud y la belleza son factores críticos para la felicidad.
Después de todo ¿No son felices los jóvenes, ricos, famosos, y guapos? ¿No es el que colecciona más riqueza el que gana el juego de la vida?

Pero La felicidad no es lo que la mayoría cree.

Resulta sorprendente como tomamos como indicadores importantes de la felicidad a los aspectos de dinero, edad, género, salud, raza, educación, trabajo y geografía, que en realidad tiene incidencia mínima en la satisfacción general en la vida. Por muy asombroso que parezca, las circunstancias tienen poco que ver con la felicidad.
El problema se agrava por la tendencia a compararnos con otros en función de distintas normas o reglas, aumentando el sentimiento de insatisfacción constante que alimenta la infelicidad. Nos esforzamos por seguir a los demás porque parecen más felices que nosotros. Y aquí el problema que hay es que creemos que lo son. Y esta falsa idea es lo que crea la verdadera infelicidad cuando antes no existía.

Además la publicidad explota nuestra predisposición a compararnos con las imágenes de otros a los que parece irles mejor (y por lo tanto parece más felices que nosotros), en cierta forma despiertan nuestra envidia, aumentando nuestro círculo de comparaciones y despiertan nuestro apetito por lo que tienen los otros. Utilizan esta infelicidad prefabricada como gancho para hacer que compremos el ingrediente “que nos falta” para ser felices.

Asimismo, existe la creencia generalizada de que seríamos más felices si tuviéramos menos problemas o que una vez que resolvamos el problema que estamos afrontando en un momento dado, obtenemos la felicidad.
Este pensamiento identifica los problemas con la infelicidad, porque una vez resuelto un problema van a aparecer inevitablemente otros.
La felicidad duradera NO es la ausencia de problemas.

Entonces aceptar que la vida supone dificultad nos libera porque nos ayuda a comprender que los problemas y el sufrimiento como partes naturales de la vida y no como indicios de deficiencias.

Existe un dicho que dice: “Un corazón pequeño se acostumbra a la miseria y se vuelve dócil, mientras que un gran corazón despunta por encima de la desgracia”

El budismo encuentra la felicidad en medio de los problemas.

El motivo de que haya tanta gente infeliz es, en la mayoría de los casos, porque se deja llevar por ideas engañosas. Creen en los mitos predominantes que propaga nuestra cultura sobre la felicidad.

Los seres humanos no conseguimos entender que nuestra verdadera naturaleza es la felicidad. Como resultado, muchas veces somos incapaces de encontrarla porque no buscamos en el lugar correcto.
Para cumplir nuestras expectativas realistas de lograr la felicidad hace falta un gran esfuerzo. Debemos saber lo que es la felicidad, lo que no lo es y, sobre todo, contar con un método práctico para conseguirla.


Felicidad Relativa y Absoluta
Según el budismo podemos definir dos tipos de felicidad.
La felicidad relativa es el sentimiento de satisfacción, gratificación o euforia que se experimenta al lograr algún objetivo o ver nuestros deseos cumplidos. Dada la naturaleza temporal de lo que conseguimos o adquirimos, esta felicidad suele desvanecerse con el tiempo

Por ejemplo en lo económico podríamos decir que podemos comprar
Juguetes (pero los chicos crecen)
Un auto nuevo (luego están los impuestos, el seguro)
La ropa (se gasta y pasa de moda)

El dinero nunca hizo a un hombre feliz ni lo hará. No hay nada en su naturaleza que pueda producir felicidad. Cuanto más tiene un hombre, más quiere. En vez de llenar un vacío, lo crea. Si satisface un deseo, dobla o triplica aquel deseo en otra manera.

(Benjamín Franklin)

Otro ejemplo de Felicidad relativa es cuando uno ha estado felizmente casado, la muerte de su esposa puede sumirle en la más profunda desgracia. También hay muchos que llegan al final de sus vidas solo, indigente y miserable a pesar de haber adquirido cierta fama o popularidad.

Entonces ni la riqueza, ni el estatus, ni la fama, ni la belleza pueden garantizarnos una vida feliz. Esto se debe a que la felicidad basada en estos aspectos es una felicidad relativa. Es dependiente, circunstancial y temporal. Quien se esfuerce por construir una vida feliz basada en la riqueza, el estatus, la fama o la belleza terminará encontrando insatisfacción, perdida e infelicidad.
En cambio el budismo expone una felicidad absoluta y duradera. La felicidad absoluta es un estado de vida interior en el que podemos disfrutar de nuestra existencia bajo cualquier circunstancia.

Aunque no nos demos cuenta tenemos unos grandes tesoros en nuestros corazones, estos son los que se denominan los tesoros del reino interior, y son las virtudes y las cualidades que surgen de nuestra verdadera naturaleza (Buda)
La base de la felicidad humana empieza por nuestro reino interior, de donde brotan aquellas cualidades que enaltecen nuestras acciones de la vida diaria, dándonos sabiduría, valor y seguridad para ganar. La felicidad que “construimos” aquí no es dependiente, momentánea, ni circunstancial, más bien es fuerte.
La felicidad absoluta no es un destino remoto, ni la cima inaccesible de una montaña que sólo puede escalarse después de un largo tiempo. Este estado de la felicidad absoluta también se la denomina Budeidad.
Por lo tanto no hemos nacido solamente para soporta el sufrimiento, sino que deberíamos ir más allá: Ser felices. Pero lleva su esfuerzo...

Daisaku Ikeda escribió:
La verdadera felicidad no es la ausencia de sufrimiento. No podemos tener un cielo despejado todos los días. La verdadera felicidad consiste en construir un yo que se yerga digno e indomable. La felicidad no significa tener una vida sin dificultades, sino que a pesar de las dificultades que puedan surgir, puedes reunir el valor inquebrantable y la convicción para luchar y superarlas sin debilitarte con lo más mínimo.

En última instancia, la felicidad es determinada por el grado en que establecemos un yo firme y sólido. Este yo es en realidad el verdadero yo de la propia vida, la vida eterna del buda que existe en armonía con la ley del universo. Mientras que descubrimos las grandes virtudes de la vida mediante la práctica budista, podemos impulsar una revisión espectacular de la auto-imagen, un despertar de nuestra grandeza inherente.
En este sentido, el logro de la felicidad absoluta es un proceso de descubrir lo que está en este momento latente en nuestros corazones, de descubrir nuestro auténtico yo universal. Al mismo tiempo, este no es un estado de vida limitado solamente al reino interior. La transformación de la propia imagen que fomentamos en lo más profundo de nuestras vidas se manifiesta en nuestro comportamiento así como en nuestro entorno.
En otras palabras quienes emprenden el estudio y la práctica del budismo adquieren un control creciente sobre su estado interior y, en consecuencia, controlan las circunstancias externas. Se hacen cargo literalmente de su propio universo, convirtiéndose en los amos de su destino al controlar su propia mente.
Incluso fuera del mundo de la filosofía budista, la noción de autodominio o control está reconocida como un ingrediente importante para la felicidad

El Optimismo: El descubrimiento de la esperanza.

Buscar la felicidad absoluta también significa vivir con optimismo. Los optimistas tienen más salud y más éxito.
En este mundo, los optimistas son los que ganan, no porque siempre hagan lo correcto, sino porque siempre son positivos. Hasta cuando se equivocan son positivos, y ésa es la clave del triunfo.
El budismo nos enseña a ver todo desde el punto de vista positivo, como una oportunidad de crecimiento, como la materia prima para desarrollar la felicidad absoluta. Invocar Nam-Miojo-Rengue-Kyo es fuente de optimismo y de crecimiento, es la creación de valor.
Esta fuente permite a los practicantes transformarlo todo en sus vidas, tanto la alegría como el sufrimiento, en causas para la felicidad absoluta. Como resultado, desarrollan confianza en su capacidad para transformar todo en la materia prima de la felicidad. Con esta facultad, todo son ventajas y oportunidades.

La verdadera felicidad surge incesantemente desde el fondo de tu vida mientras luchas como es debido para superar cada tormenta de contratiempos. Este tipo de felicidad verdadera es un torrente sin límites. No puedes disfrutar de una verdadera y profunda felicidad si sólo tratas de disfrutar de situaciones cómodas en las que no tengas que enfrentarte a situaciones duras.” Daisaku Íkea.


El vivir con un objetivo y con sentido nos fortalece

Somos fuertes, y somos débiles; ninguno de nosotros es totalmente fuerte y débil. Es decir, somos fuertes cuando tenemos algo importante que hacer. Y somos débiles cuando no tenemos nada significativo para hacer.
La debilidad que observamos en aquéllos cuyas vidas son regidas por las obsesiones y las adicciones es un síntoma de la fuertemente arraigada falta de propósito que se extiende en nuestra sociedad,
La verdadera felicidad tiene que ver con entregarse a una gran causa. Quien vive así es fuerte, lo bastante fuerte como para ser feliz en cualquier circunstancia. Quien vive así tiene un sentimiento de plenitud en lo más profundo de su vida y no se ve afectado por el cambio constante que le rodea
Daisaku Ikeda nos alienta diciéndonos que la misión u objetivo que te hayas fijado debe ser acorde con la felicidad de uno mismo y de los demás. Eso es lo que hace posible la felicidad absoluta.
La plenitud surge del reconocimiento de esta misión de ayudar a los demás a exprimir su potencial y del ejercicio personal de hacerlo realidad. Si vivimos sin compasión y compromiso llevamos una vida superficial.
En este sentido, la verdadera felicidad no es sólo tener ideales nobles, sino actuar para cumplir ese propósito o esa misión en la vida por el bien de todos. Víctor Hugo escribió “Amar es actuar” del mismo modo podemos decir “Ser feliz es actuar”

La práctica budista pretende ayudarnos a reformar los principios engañosos que existen en nuestro corazón. Este proceso de reforma interior, de revolución humana, implica revisar nuestras ideologías, sistemas morales, códigos de conducta o violencia.
Sencillamente invocamos Nam-Miojo-Rengue-Kyo pensando en obtener un bien, con la esperanza de que los objetivos de nuestra vida puedan cumplirse.
Nuestra felicidad o infelicidad depende, al fin y al cabo, de nosotros. Si no cambiamos nuestro estado de vida interior, no podremos encontrar la felicidad verdadera., pero si logramos cambiarlo para bien todo el mundo se transforma.
Por lo tanto invocamos Nam-Miojo-Rengue –Kyo para llevar a cabo nuestros cambios internos, para reformar las creencias que albergamos, y para reunir la fuerza interior necesaria para superar nuestras dificultades personales y ayudar a los demás


La ausencia de sufrimiento no es sinónimo de felicidad. La felicidad es poder transformar cualquier sufrimiento en alegría. En este sufrimiento es que reside el desarrollo más grande. Mayor es la pena, mayor será la felicidad de resolverla. Las dificultades equivalen a la iluminación. Las grandes pruebas equivalen al estado de Buda.
Daisaku Ikeda

viernes, 27 de marzo de 2009

SI UNO CORRE SIN PENSAR, SE ARRIESGA A COMETER UN ERROR INSALVABLE...


<< - Por favor, pregunten lo que quieran – invitó Shin’ichi

     Se levantaron algunas manos. La mayoría de las preguntas se referían  a cómo asegurar una paz duradera en el tenso clima que dominaba al mundo en aquella época o cómo proseguir con el kosen-rufu global. Todos estaban imbuidos de un verdadero sentido de misión y de un apasionado desvelo por el futuro del mundo y del movimiento del kosen-rufu.

 Complacido, Shin’ichi respondió a cada cuestión con gran sinceridad.

    Las preguntas formuladas por los jóvenes incluyeron algunos temas puntuales. Uno expresó:

 - Cuando leo el Gosho, veo que la clave para lograr la Budiedad está en dovocionar la existencia al Budismo; en otras palabras, en ofrecer nuestra vida por la Ley. Si hubiera una gran persecución, estoy preparado para luchar y morir, como lo hizo el señor Makiguchi. Pero, a juzgar por el presente, parece improbable que nos encontremos en tal situación, Entonces, ¿cómo debemos interpretar este concepto de devocionar la vida al Budismo?

 

    Era un razonamiento al que había arribado luego de prolongadas y serias reflexiones acerca de cómo debe vivir un budista.

    Shin’ichi le respondió:

 - Permíteme comenzar a responder tu pregunta dejando en claro que, al asumir el liderazgo, mi intención es que ninguno de nuestros preciosos miembros, alguna vez, tenga que dar la vida por una persecución relacionada con la fe. Por eso estoy trabajando tanto. No quiero sacrificar ni a uno solo de ellos. Éste es mi sentimiento.

       “Sin embargo, por muy sabia o hábil que sea la conducción, siempre pueden estallar persecuciones que amenacen las vidas humanas, tal como está escrito en el Gosho. Si eso pasara mi deseo es ser el único que se inmole. Ése es el espíritu de un verdadero líder. En mi esfuerzo por difundir ampliamente las enseñanzas de Nichiren para la felicidad de todos, observo siempre de frente la realidad, con prudencia, determinación y presteza; pongo cuidadosa atención en todo y medito profundamente la mejor manera de continuar la lucha por el kosen-rufu.

     “Si uno corre sin pensar, se arriesga a cometer un error insalvable.

La responsabilidad de un líder es en verdad pesada.

       Todos escuchaban seriamente. Shin’ichi continuó:

     - En lo que concierne a consagrar la vida al Budismo, en las actuales circunstancias significa hacer del kosen-rufu nuestro propósito fundamental en esta existencia; vivir, pervivir y seguir adelante en la prosecución de esa meta. Éste es el significado de ofrecer la vida por el Budismo. Una vez que decides, como miembro de la Soka Gakkai, hacer del kosen-rufu la base de tu vida, es esencial que te conviertas en alguien imprescindible en tu lugar de trabajo. Si realizas tu tarea a medias, no podrás demostrar a los demás cuán maravilloso es el Budismo, y nadie querrá abrazar la fe. Por las mismas razones, debes esforzarte en crear una vida familiar feliz y armoniosa, y cuidar tu salud. Vivir una existencia consagrada al kosen-rufu significa ser un triunfador en la sociedad y lograr la felicidad personal. Devocionarse al Budismo no significa soportar una vida trágica.” >>

  

‘Rissho ankoku’

La Nueva Revolución Humana Vol.4

 

viernes, 20 de marzo de 2009

DESTITUCIONES... Y DEMÁS YERBAS



Hace varios años, tal vez demasiados, se vienen sucediendo en nuestra organización algunos hechos que demuestran que hay una situación de conflicto irresuelta, lo cual desgasta innecesariamente a la Sgiar, pues se generan malos entendidos, dudas y discusiones internas que contribuyen más a debilitarla que a fortalecerla. 

Desde Siga la Ley, es nuestro objetivo contribuir a la solución del mismo, siendo fieles al espíritu que dio origen a nuestro nombre.

El Buda Shakyamuni dejó para la posteridad una enseñanza conocida como Las cinco guías para la propagación, en ellas deja establecido qué cosas debemos tener en cuenta para propagar el budismo, ellas son: 

  • Correcto entendimiento de la enseñanza.
  • Correcto entendimiento de la capacidad de las personas.
  • Comprensión clara de las características de la época.
  • Evaluación acertada de la sociedad y su cultura
  • Sólida comprensión de las filosofías y sistemas de pensamiento que han sido propagados hasta el momento.

El punto Nº 4 es muy claro en lo que se refiere al respeto por las normas, cultura y leyes de la sociedad en la que vivimos.

La Soka Gakkai es una organización cuyo propósito es, sin lugar a dudas, el más noble de todos, lograr el  kosen rufu. Podría decirse que es como un “gran organismo” de propagación, para el cual también son válidas las guías mencionadas. Por lo tanto, es innecesario aclarar que, a nuestra organización, le corresponden las generales de la ley.

Para la República Argentina, la Sgiar es una asociación sin fines de lucro, que se rige por leyes y normas establecidas para su funcionamiento por los organismos pertinentes. Y es justamente esta condición de organización “creada por mandato y voluntad del Buda”, según las palabras de nuestro segundo presidente, el Sr. Josei Toda, la que nos obliga a respetar las normativas vigentes pues, de no hacerlo, sería una falta grave a las enseñanzas del Buda, por un lado y una falta de respeto al pueblo de la Nación Argentina por otro.

La Sgiar debe regirse, según la ley, por un Estatuto (que pronto publicaremos para conocimiento de los miembros) y por un reglamento interno (inexistente) que sería el encargado de ordenar su funcionamiento.

Uno de los tantos motivos de conflicto que mencionamos al principio, es la situación en la que se encuentran hoy  muchos miembros que han perdido su responsabilidad, ya sea porque fueron destituidos, suspendidos o bien porque sus organizaciones fueron “reestructuradas” de manera inconsulta. 

 Esto es, solo en parte, lo que está generando las mencionadas discusiones, dudas y malos entendidos ya que, lo que tienen en común la mayoría de estos miembros, es que hoy no tienen su cargo debido a que en algún momento, han cuestionado el por qué no se viene cumpliendo con muchas de las cláusulas del Estatuto y por qué no hay un reglamento interno que delimite fehacientemente las responsabilidades con respecto de las decisiones que se toman y, al mismo tiempo, permita claridad en los manejos de la organización. 

Desde Siga la Ley, consideramos que prestar atención a estos reclamos evitaría suspicacias innecesarias ya que todo lo actuado estaría respaldado por leyes y disposiciones internas claras, y se evitaría el alto costo del malestar y desconfianza instalados en la organización,  ya que nadie sabe muy bien sobre qué argumentos se basan cuando se decide una destitución.

Por otro lado, como el budismo es razón, pongamos un ejemplo basado en ella: es sabida la seriedad con la que se efectúa un nombramiento, entre otras cosas, hay deliberaciones previas, propuestas concretas, charlas con el futuro responsable, aceptación y compromiso por parte del mismo de las condiciones establecidas para su nombramiento y  todo queda asentado en una “Ficha de responsable”, con la firma del mismo y las de los antecesores pertinentes.  Finalmente, se anuncia públicamente en una reunión y, desde responsable de Área en adelante, se publica en el Argentina Seikyo.

¿No sería entonces pertinente el mismo sistema para su destitución? ¿Por qué las mismas se hacen sin las mencionadas deliberaciones? ¿Por qué nunca es anunciado públicamente y con la persona destituida presente? ¿Por qué nunca se comunican los motivos? ¿Por qué no hay ficha ni documento con las firmas pertinentes de quienes se hacen cargo de esa decisión? ¿Por qué no sale publicado en el Seikyo cuando corresponde?

Tenemos la certeza de que es imprescindible la urgente corrección de estos métodos que no pueden dejar de percibirse como arbitrariedades.

Las prácticas de ocultamiento, de información a medias o directamente de desinformación, sólo traen confusión y sufrimiento a los miembros.

Nada bueno puede salir de métodos que no están acordes con el espíritu Soka. Ni el Daishonin, ni ninguno de los tres presidentes actuaron a espaldas de los creyentes. Tan seguros estuvieron siempre de la verdad y la justicia que sostenían, que siempre se comportaron con total autenticidad y jamás hicieron algo a escondidas.

Si no somos fieles a ese espíritu, estaremos destruyendo el palacio del kosen rufu, vale decir, nos estaremos convirtiendo en el temido parásito en las entrañas del león.



EL PUEBLO QUIERE SABER


¿Cómo se organiza una Asociación Civil sin fines de lucro? (en castellano)



"Buenos días, tarde o noche (cualquiera sea el horario en el cual te encuentres ahora leyendo este blog).  Bienvenido QUERIDO LECTOR a la Sección: EL PUEBLO QUIERE SABER!!  ¿De qué se trata esto?: fácil, simple y sencillo: la idea principal es acercarte información jurídica sobre qué una Asociación Civil, su constitución, derechos, obligaciones, etc… etc… etc. y que tengas la posibilidad de evacuar tus dudas (no te preocupes… la consulta no se cobra!.. y eso que estamos en crisis). 

Tendría que empezar manifestándote que la idea es hablar castellano liso y llano (nada de vocabulario raro, salvo que sea estrictamente necesario) y que sepas qué estoy aquí para vos, por favor, reitero...  no tengas miedo de preguntar nada…  Dicho lo que antecede, tomá papel y lápiz… la clase comienza: 

    IGJ 

No, no es ninguna sigla rara... no te asustes; significa: INSPECCION GENERAL DE JUSTICIA, que es un organismo dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos y que tiene a su cargo el Registro Público de Comercio y los Registros de Asociaciones Civiles y Fundaciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Aquí es donde se registran las inscripciones de las sociedades comerciales que se constituyen en el ámbito de la Capital Federal, así como también otorgar personería jurídica (traducción al castellano: reconocimiento ante la ley) a las entidades civiles que así lo soliciten. 

    ¿ Que es una asociación civil? 

Una asociación civil es una persona jurídica privada constituida por un conjunto de personas físicas (llamadas socios) que, con la debida autorización del Estado, se unen para realizar actividades que tienden al bien común. 

La característica que las distingue es que no persiguen una ganancia comercial o económica; por ello es común que también se las denomine como “Entidades Civiles sin Fines de Lucro”. 

    ¿Por qué se las denomina civiles? ¿por qué la Personería Jurídica? 

Son entidades civiles porque no ejercen actividades comerciales o industriales, y para tener identidad propia distinta de la de los miembros que la componen, deben obtener su Personería Jurídica, es decir su condición de persona de existencia ideal, que las habilita para adquirir derechos y contraer obligaciones en nombre de la institución. 

    ¿Cómo se constituye la Asociación Civil? 

“Vayamos por partes” decía Jack el Destripador… primero que nada es importante formar una COMISION PROMOTORA con las personas que tienen más iniciativa o que se muestran más activas, o bien, con quienes resultan más representativos, y que tiene un mejor conocimiento (y pueden explicar mejor que nadie) el fin de la asociación. 

Esta Comisión se encargará principalmente de elaborar el proyecto del Estatuto, de fijar una fecha y un lugar para realizar la Asamblea Constitutiva y de llevarla adelante convocando a todos los miembros que quieran integrar la asociación a crearse. 

Ø     Estatuto:

El Estatuto es el principal instrumento legal de la Asociación; es el contrato social que rige la vida de la institución, y todos sus asociados están obligados a observarlo y a cumplirlo. En él se fijan los propósitos de la entidad, las reglas de funcionamiento de sus órganos internos, y los derechos y obligaciones de los socios y de los directivos.

Traducción: es el reglamento interno de la Asociación; sin el estatuto no puede conformarse ninguna asociación.

Ojo al piojo… el estatuto debe contener sí o sí:

Ø     Denominación de la Entidad (obvio: nombre).

Ø     Domicilio.

Ø     Objetivos y propósitos.

Ø     Socios.

Ø     Órganos Sociales.

Ø     Patrimonio.

Aún así, es importante que dicho estatuto contenga un régimen disciplinario para los asociados que establezca con claridad el sistema de elección de autoridades y fije una fecha para el cierre del ejercicio contable, prevea la forma de liquidación y disolución de la entidad.

Ø     Socios:

Ésta es fácil… somos vos y yo. Muchos se preguntarán si todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, bueno… en realidad no, hay varios tipos de socios:

Ø socios activos o plenos: son aquellos que tienen voz y voto y, por ende, pueden elegir y ser elegidos,

Ø  socios adherentes: son los que tienen voz pero no voto,

Ø socios vitalicios: habitualmente se utiliza como reconocimiento a aquellos socios que alcanzan una determinada antigüedad, durante un lapso ininterrumpido de tiempo, para eximirlos del pago de la cuota social, de aranceles o reducirles el monto,

Ø socios honorarios: son una categoría honorífica, normalmente utilizada para distinguir a los socios que hayan prestado importantes servicios a la asociación o que se destaquen por ciertas cualidades personales,

Ø socios benefactores: que serán aquellos que hayan aportado, por propia voluntad, una determinada contribución anual extraordinaria.

Ø     Órganos Sociales:

Las asociaciones civiles tienen tres órganos internos:

1) La Comisión o Junta Directiva;

2) La Asamblea de socios;

3) la Junta Fiscalizadora o Comisión Revisora de Cuentas.

La Comisión Directiva (C.D.) tiene a su cargo la administración de la institución, y sus miembros son elegidos por la Asamblea. Debe estar compuesta, como mínimo, por cinco miembros titulares y dos suplentes: un Presidente, un Secretario, un Tesorero, dos vocales titulares y dos vocales suplentes, aunque nada impide que haya otros cargos según las necesidades de funcionamiento.

El estatuto debe contemplar los requisitos para ser miembro, la periodicidad de los mandatos, la posibilidad -o no- de ser reelectos, la cantidad de reuniones semanales o mensuales de la C.D, el quórum para sesionar y la mayoría de votos para adoptar decisiones, etc.

La Asamblea está conformada por todos los socios con voz y voto, aunque se permite la participación de todos aquellos que, según el estatuto, tengan sólo derecho a voz. Es necesario fijar al menos una Asamblea Anual Ordinaria, en donde se tratará y aprobará el balance anual, la memoria y el inventario, y demás temas que estén relacionados con el funcionamiento de la entidad. Al mismo tiempo debe contemplarse la forma de convocar a Asambleas Extraordinarias, para que los socios decidan los grandes temas o lineamientos de la entidad, o bien temas puntuales que resulten importantes para la vida interna de la asociación.

La Junta Fiscalizadora (también puede denominarse Comisión Revisora de Cuentas) es el órgano de control interno cuya función principal es supervisar y controlar la administración de la asociación. Puede ser ejercido en forma individual o colegiada, en este último caso, cuidando que siempre sea por un número impar de integrantes. Su principal función es dictaminar sobre los estados contables, el inventario y la memoria, el que será presentado ante la Asamblea Ordinaria.

Es usual permitir que sus miembros participen de las reuniones de C.D. con voz pero sin voto.

OJO:

La documentación se debe entregar a la Comisión Directiva con 15 días de anticipación a la celebración de la Asamblea, adjuntándose los Estados Contables certificados por Contador Público y visados por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad que corresponda y firmados por el Presidente, Tesorero, Secretario y Revisores de Cuentas.

Uno de los puntos del Orden del Día (es la lista de puntos a tratar en la Asamblea) que obligatoriamente debe incluirse, es el del tratamiento de estos Estados Contables (balance general) por parte de los socios y/o afiliados a la institución. Es una obligación doble:

v     Una formal porque así lo impone la reglamentación y,

v   Otra por la necesidad de poner en conocimiento de los asociados el estado patrimonial de la institución. Está resuelta por doble vía: la indirecta por observación de la Comisión Revisora de Cuentas y la directa por observación de los socios en la asamblea. Tanto los primeros como los segundos pueden desaprobarlos total o parcialmente.

Para que tengan efecto sobre terceros, los estados contables deben: 1) Ser confeccionados por Contadores Públicos matriculados, 2) Y la firma de éste profesional debe estar legalizada por el Consejo Profesional en Ciencias Económicas de la provincia/ciudad en la que esté radicada la institución.

Las asociaciones civiles sujetas al control de la INSPECCION GENERAL DE JUSTICIA están obligadas a comunicar sus asambleas ordinarias quince días hábiles antes del fijado para la reunión. Y se deberá acompañar dicha comunicación con:

a) Copia de la parte pertinente del acta de la reunión de la Comisión Directiva en la que se decidió convocar a la Asamblea y en la que se aprobó la documentación o asunto a considerarse en ésta;

b) Un ejemplar de los estados contables, resumen del inventario ...

 

 

jueves, 19 de marzo de 2009

Sobre la Obediencia Ciega


La obediencia a la autoridad puede ser tomada como una virtud cuando la autoridad representa verdad y bienestar. La obediencia se vuelve un catalizador para horrendos sufrimientos, en tanto la autoridad represente falsedad y malicia. Por esta razón, la obediencia ciega - que es, obediencia sin juicio moral - es el mejor acompañante de aquellos que buscan perpetrar la maldad.

Los peligros de la obediencia ciega 

El psicólogo social Stanley Milgram observa, "La esencia de la obediencia consiste en el hecho en el que una persona termina viéndose a sí misma como el instrumento para llevar adelante los deseos de otra persona, y por lo tanto ésta ya no se ve a sí misma como responsable por sus propias acciones."(Obedienc e to Authority, p. xii). 
La autoridad maliciosa llega a cualquier sociedad u organización donde las personas se ven a sí mismas como medios para un fin y buscan escapar de su responsabilidad personal para con sus acciones. Originalmente, el Budismo hacía hincapié sobre el peligro de la obediencia ciega. El Budismo colocaba la rectitud de las acciones de uno por encima de las autoridades tanto seculares como religiosas. Como un intelectual Budista planteó, los primeros Budistas creían que la justicia debía ser sostenida por encima de la autoridad de naciones y reyes, ellos retaban el círculo religioso de su época diciendo “que la verdad trascienda aun a los mismos dioses” (ver Hajime Nakamura, Nakamura Hajime senshu [ The selected works of Hajime Nakamura] Vol. 17, pp. 40 - 42). Esto esta ejemplificado en un texto Budista antiguo donde Shariputra, uno de los discípulos de Shakyamuni, le dice a un Brahmán negligente que aquel que actúa justo es mejor que uno que actúa injustamente "por el bien del rey" o "por el bien de las deidades" (The middle length discourses of the Buddha, p. 739). 

La independencia espiritual de Nichiren 

Después que un milenio de dogmatismo y autoritarismo hubieran oscurecido la historia del Budismo, Nichiren Daishonin revivió su verdadero espíritu. En 1271, rodeado por una muchedumbre de guerreros en su camino al lugar de ejecución, Nichiren reclamó a la deidad de la clase de los guerreros japoneses por haber fallado en "proteger al devoto del Sutra del Loto"(WND, 767). Él llamo a la gran deidad, "Gran Boddhisattva Hachiman, ¿eres de verdad un dios?" (WND, 766). Nichiren creía que lo que él llamo la "verdad mística que está originalmente inherente en todos los seres vivientes" (WND, 2) y aquellos que propagan esta verdad de la vida deben ser colocados por encima de la autoridad de dioses y deidades, y no hace falta mencionar la autoridad de sacerdotes. El intento de ejecución falló, y Nichiren fue exiliado en una remota isla norteña. Cuando regresó de su exilio en 1274, se encontró con uno de los más poderosos oficiales del gobierno. En este encuentro, él declaro su creencia en que la suprema verdad de la vida sobrepasa la autoridad secular: "Aunque parezca, que porque yo nací en el dominio del gobernante, yo lo sigo con mis acciones, yo nunca lo seguiré en mi corazón" (WND, 579). Nichiren se negó a convertirse en un instrumento de tanto la autoridad religiosa como secular, siguiendo a su conciencia y abrazando las consecuencias de sus acciones con felicidad. Haciendo ésto, el experimentó una inmensa sensación de libertad en su exilio.

Sosteniendo la verdad de la vida 

La verdad de la vida debe ser sostenida por encima de reyes y dioses - tal pensamiento es todavía revolucionario hoy como lo fue en la antigua India. Hoy, al igual que en el pasado, la dignidad de la vida, la verdad y la justicia son solamente invocadas cuando ellas aparentan sostener intereses nacionales o dogmas religiosos. Raramente vemos a naciones o religiones dispuestas a comprometerse en sus intereses y dogmas por el bien de valores universales que trascienden fronteras de naciones y fe. La antigua postura Budista antiautoritaria alienta a modernos Budistas a estar atentos al peligro del dogmatismo. Los budistas dicen, "¿Es verdad porque lo dijo Buda"? O dicen: "¿Buda lo dice porque es verdad"? La advertencia de los antiguos budistas también se aplica a cualquier sociedad. Dicen los miembros de una republica, "¿Es verdad por que el gobierno lo dice"? ¿O ellos buscan la verdad de una cuestión y luego juzgan las acciones del gobierno? La verdad universal de la vida está antes que las naciones y religiones. La obediencia ciega a la autoridad - sin importar si ésta es religiosa o política - no solo oscurece la verdad de la vida, sino que causa enormes sufrimientos, como la historia de la humanidad nos ha mostrado repetidamente a través de persecuciones y genocidios. “Las personas no son medios para un fin”. “Cada persona es responsable por sus acciones”. Para aprender esta simple lección, uno debe aprender primero el infinito valor dentro de cada vida y desenvolver el coraje para aceptar su responsabilidad personal - ése es la feliz responsabilidad de la libertad.   

Texto traducido del siguiente link http://sokaspirit.org/study/monthly_study/materials/chap15.shtml

martes, 10 de marzo de 2009

Observar los preceptos



El budismo suele percibirse como una religión gobernada por estrictas reglas de autodisciplina. El practicante ideal es visto como alguien que soporta grandes austeridades. Ciertamente, en la primera Orden Budista, se desarrollaron elaboradas reglas de conducta diaria para los monjes y las monjas que habían tomado los votos y se habían comprometido con una vida monástica. Había 250 reglas para los hombres y –como un reflejo de los prejuicios sociales de la época– 500 para las mujeres. Estas normas regulaban cosas tales como la dieta, las horas para caminar y dormir, y alentaban una vida diaria saludable y bien regulada. En muchas tradiciones budistas, estas reglas conservan gran importancia. En su sentido original, sin embargo, los preceptos indican las normas básicas del comportamiento humano al cual, de manera natural, aspiran todas las personas. Las más fundamentales de estas fueron formuladas como los "cinco preceptos": (1) no matar; (2) no robar; (3) no involucrarse en mala conducta sexual; (4) no mentir; y (5) no beber bebidas alcohólicas. Aun cuando han sido expuestas como reglas, en lugar de simplemente impedir ciertos actos, la meta de estas guías de conducta siempre ha sido la de alentar una vida interior más rica y de mayor reflexión personal, con el fin de establecer las condiciones para una práctica religiosa orientada a la búsqueda de la iluminación.
La tradición mahayana siempre ha recalcado un enfoque flexible para los preceptos. La estricta observancia de los preceptos, como restricciones en el comportamiento, ha sido suplantada por el ideal de la misericordiosa práctica del bodhisattva –las acciones automotivadas de creyentes laicos plenamente integrados a la vida social de su comunidad que alivian el sufrimiento y contribuyen con el bienestar de los integrantes de esa comunidad. De esta manera, la aplicación específica de los preceptos es guiada por los tiempos y la localidad. Cuando, por ejemplo, el presidente de la SGI , Daisaku Ikeda, viajó por primera vez fuera del Japón, escandalizó a algunos de sus acompañantes japoneses, miembros de la Soka Gakkai , cuando les dijo que estaba bien y que era natural que los miembros hawaianos asistieran a las reuniones vestidos con ropa casual y que, para orar, se sentaran en sillas, en lugar de arrodillarse sobre el piso como era la práctica japonesa. Este enfoque expresa respeto por la diversidad de las culturas humanas. Posteriormente, todos los preceptos llegaron a ser reemplazados por lo que se conoce como el precepto del "cáliz de diamante". Éste es un precepto que –como su nombre lo indica– es imposible de romper. Para las diferentes escuelas budistas, esto a menudo significó un sincero compromiso con un sutra o enseñanza particular. El compromiso de los practicantes del budismo de Nichiren con el Sutra del loto puede ser interpretado, en términos contemporáneos, como la determinación a mantener la fe en las capacidades fundamentalmente positivas que todos poseemos –y que todos poseen– y a hacer esfuerzos consistentes para que estas capacidades se manifiesten. Desde la perspectiva del budismo de Nichiren, nuestras posibilidades más elevadas –la ilimitada capacidad para la sabiduría, la misericordia y el coraje que se conocen como Budeidad– son tan indestructibles como un cáliz de diamante. Estas capacidades pueden ser oscurecidas por nuestra propia ignorancia acerca de ellas, por la conducta autodestructiva que surge de esa ignorancia, o por su consecuente desesperación –pero ellas nunca desaparecen. Ésta es la esencia del mensaje del Sutra del loto. Al despertar desde adentro a un firme sentido de la inviolable dignidad de la vida que se refuerza a través de la práctica budista diaria, nuestra conducta, de manera natural, llega a reflejar esta convicción. A medida que esto ocurre, nos distanciamos de actos que degradarían nuestra propia humanidad y la de los demás. Las experiencias de muchos miembros de la SGI del mundo entero demuestran la validez de esta fórmula. Personas previamente atrapadas en ciclos de comportamiento como el consumo de drogas, las conductas sexuales irresponsables, la violencia, o la falta de respeto hacia sí mismas –lo cual es menos dramático pero no menos destructivo– se reconectan con un genuino sentido de su propia dignidad interior. Conforme se afianza esta toma de conciencia, también se comprende que la misma dignidad inherente yace en la vida de las demás personas. Sin tener que hacer un esfuerzo consciente por seguir determinadas reglas de conducta, la determinación de poner en acción el respeto a la dignidad de la vida conduce a un modo de vivir que concuerda con los ideales expresados en los preceptos.

Los códigos morales se han transformado y han evolucionado a través de la historia, decidiendo siempre lo que puede ser catalogado como "correcto" o "natural" y lo que no lo es, y la gente se ha visto obligada a aceptar unos u otros códigos.

Dentro de los diferentes contextos culturales, el del Budismo resulta sumamente refrescante si pensamos que
no propone reglas sobre lo que está bien o lo que está mal. No existe una lista de lo que debe y no debe hacerse para a aquellos que practican el Budismo de Nichiren Daishonin. Por el contrario, aquí la responsabilidad cae completamente en cada uno de los individuos que practicamos esta filosofía, quienes nos asumimos como responsables de todo lo que nos ocurre en nuestras vidas.

El Budismo enseña que debemos tener un respeto fundamental por cada individuo y por la dignidad de la vida en sí misma. No existe ningún mandamiento que nos obligue a renunciar a nada para poder practicar el Budismo, ya que la sabiduría de cómo debemos comportarnos emerge, justamente, de la práctica, cuando cantamos Nam-myoho-rengue-kyo, comprendiendo que cada causa que realicemos tendrá un efecto sobre nuestras vidas. Nichiren Daishonin nos dice que todos podemos manifestar la budeidad tal como somos.

Partiendo de que nadie es incapaz de alcanzar la iluminación, está claro que no existe lugar para la discriminación basada en el género, sexo, raza, condición social, nivel educativo o económico, preferencia sexual, o edad en las enseñanzas budistas. En términos del karma, somos quienes somos por las causas realizadas que nos llevaron a nacer en determinado ámbito cultural, en determinado momento, con las características particulares que afectan nuestra personalidad, habilidades y capacidades físicas y mentales, etc.

En el Budismo no existe el concepto de "pecado". Todas las personas somos igualmente merecedoras de respeto en tanto y en cuanto todos poseemos la Budeidad. Pero recién cuando tomamos una completa responsabilidad sobre nuestra situación podemos usar el inmenso poder de nuestra Budeidad para modificar nuestra situación; entonces, el "victimario" puede modificar su impulso de generar sufrimiento, y la "víctima", por su parte, cambiar su tendencia de ser oprimida. En este sentido, todos somos libres de usar nuestro potencial.

El Budismo carece de una lista de "mandamientos", porque considera que basar la conducta humana en reglas externas puede generar una sensación de temor a una retribución negativa de origen externo, a cargo de un "otro" que decidiría nuestro destino según nuestra respuesta al código de conducta, lo que va en contra de la filosofía de la Causa y el Efecto. En las religiones que tienen este tipo de mandamientos, romper ese código moral equivale a "pecar", y eso genera una sensación de "culpa", concepto al que tampoco se le da una entidad verdadera en el Budismo.

Por otra parte, no podemos cambiar nuestras acciones pasadas (la serie de causas-efectos correspondientes ya están grabados), pero podemos reconocer de corazón el daño que hemos causado a la dignidad de nuestra propia vida o de otras, y orar al Gohonzon aceptando plenamente la Ley de Causa y Efecto. Eso ya es Causa de Budeidad. Cada entonación sincera del daimoku lo es. Y es importante también interiorizar la idea de que no existe fuerza externa que nos castigue, sino retribuciones kármicas de nuestras propias acciones, de las cuales sólo nosotros mismos somos responsables. Somos responsables de todo lo que nos ocurre.

Al abrazar la Ley Mística y cantar Nam-myoho-rengue-kyo ante el Gohonzon, estamos expresando un profundo respeto hacia la función única que tiene cada existencia en el universo, basados en que toda vida posee la Budeidad inherente, cuyas cualidades son: misericordia, sabiduría, coraje y fuerza vital.

Los códigos morales vigentes en la sociedad de la que somos parte nos pueden causar dificultades a nivel personal, o no. En términos de Budismo, lo importante es desarrollar sabiduría para comprender el mejor camino por el cual podemos vivir nuestro "rol" y crear valor en la sociedad, más allá de las normas que prevalezcan. Cuando logramos llevar nuestra naturaleza de Buda a todas las áreas de nuestra vida, recién entonces, podemos considerar que nos estamos moviendo con verdadera libertad. Es a través de nuestra práctica que encontraremos el coraje de expresarnos tal cual somos, seamos quienes seamos.

Nuestra naturaleza de Buda es nuestra verdadera identidad y se expresa a través de nuestras características físicas y mentales. Es cuando nos sentimos conformes con nuestra identidad que hacemos una buena contribución a la sociedad de la cual somos miembros. Cuando nuestras acciones se basan en una identidad fuerte, podemos crear valor,
pero para eso es requisito que nos conozcamos a nosotros mismos sin negar ningún aspecto de nuestra manera de ser.

El Budismo es profundamente no-juzgador. Al movimiento por el kosen-rufu se pueden sumar socialistas y conservadores, carnívoros y vegetarianos, heterosexuales y homosexuales; hombres, mujeres y transexuales. Nos basamos en el respeto a la Budeidad inherente del otro, sin fijarnos en opiniones previas que nos lleven a prejuzgar. Lo único que importa realmente es el respeto por la Ley Mística y el respeto por la propia Budeidad. Si uno daña a otro, está faltando el respeto a su propia Budeidad, además de a la del otro. Si uno se daña a sí mismo, también falta el respeto al otro, porque aquél necesita de mí completamente y tal como soy, para que yo pueda cumplir con mi función única en el universo, y que el otro necesita de mí.

¿Existe algo claramente prohibido en Budismo? Nichiren Daishonin nos orienta para que tengamos cuidado con la calumnia hacia nosotros mismos, hacia los demás y hacia la Ley Mística. Esto está dicho con espíritu misericordioso, porque la calumnia nos va a causar necesariamente mucho sufrimiento, ya que el que calumnia no respeta la dignidad de la vida. Pero aún si hemos calumniado y sufrimos por esa causa, no estamos "condenados" por la eternidad ni mucho menos. Nichiren Daishonin enseña que, por medio de entonar daimoku ante el Gohonzon, uno transforma el veneno en medicina. Incluso el responsable de los actos más terribles contra la dignidad de la vida puede cambiar radicalmente a partir de la práctica
sincera y transformar su ambiente.
La enseñanza del Budismo es una lucha constante para lograr el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. En palabras de Ikeda sensei: "Nada es más digno de respeto que usted mismo, ese es el mensaje del Sutra del Loto"

Material basado en "Sex, Sexuality and Gender" de Win Hunter y John Delnevo, publicado en "UK Express Nº296", revista oficial de la Soka Gakkai Internacional del Reino Unido, Febrero de 1996