PRESENTACION Y PROPÓSITO

Orientaciones de Daisaku Ikeda (fragmentos)

La Soka Gakkai es una organización que, basada en los principios y en la filosofía del Budismo de Nichiren Daishonin, trabaja para concretar el gran deseo del kosen-rufu: la paz y la felicidad para todos los hombres.En este sentido, es la organización la que existe en bien de la gente, y no a la inversa. Por favor, jamás se olviden de este punto. […] Esto es lo que quiero pedirles especialmente, a todos, con la voz de mi corazón. Uno puede decir que la Soka Gakkai es un organismo que cobró vida y forma, específicamente, para hacer surgir la bondad fundamental del corazón humano, engrandecerla y fortalecerla. Sin la organización, no habría orden ni cohesión en nuestra labor. Una entidad dedicada al bien fortalece en el hombre la capacidad de trabajar hacia el bien, y promueve en sus miembros un crecimiento y una autosuperación sin límites. No frena el progreso de la gente ni la deja a merced de sus propias flaquezas, por el contrario, apoya el desarrollo de las personas, las encamina en un rumbo sólido hacia su felicidad y su crecimiento individual. En tal sentido, la organización es solo un medio ya que el fin es que la gente sea feliz. Por ello, aunque usemos el término “organización”, en realidad Gakkai es un conjunto de vínculos entre individuos. Y ésta es la razón por la cual la Soka Gakkai ha valorado y sigue respaldando a cada miembro sin flaquear. Si lo olvidáramos, terminaríamos construyendo una estructura opresiva y restrictiva para la gente. 
AS 862 / 864 

Nuestro propósito es llevar a la realidad el espíritu fundacional de la Soka Gakkai y contribuir a la reflexión e introspección como creyentes en algunas cuestiones claves, como por ejemplo: “¿Por qué no soy plenamente feliz tal como promete el gosho?”, “¿Por qué la organización está estancada?”, “¿Por qué no logro armonizar a pesar de estar orando por ello?”, “No planteo situaciones que me hacen sufrir porque me han orientado que no debo quejarme” etc. Para dar respuesta a estos y otros interrogantes, es necesario revisar algunos conceptos que hemos establecido como verdades, solo por el hecho que venimos repitiéndolas desde siempre, pero sobre las cuales no nos hemos puesto a analizar si es que concuerdan con nuestros pensamientos y acciones.


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jueves, 25 de diciembre de 2008

Convicción vs. Fanatismo



Mucho hemos escuchado y otro tanto hablado, acerca de la importancia de desarrollar la convicción en la fe.
Desde el Gosho, el propio Daishonin nos conmina a no dudar y a desarrollar una fe cada vez más sólida:
“Fortalezca su fe día tras día mes tras mes, si su determinación se debilita tan solo un instante, los demonios sacarán ventaja” (Sobre las persecuciones acaecidas al Buda).
Ikeda Sensei hace lo propio en todas sus disertaciones:
“(…) La fe empieza y termina en la lucha por remontar nuestra parálisis interior”, “Sólo podemos construir una vida de victoria haciendo surgir un espíritu fuerte y poderoso, y librando una batalla resuelta contra nuestra inercia, nuestro estancamiento, nuestra apatía y negligencia, y contra todas nuestras expresiones de debilidad e indolencia interior” (Tesoros para la vida, Febrero 2003 Pág. 36)
Al mismo tiempo, nada menos que Nichiren Daishonin nos exhorta a no tener una fe ciega.
Las enseñanzas de éste budismo se basan en tres pilares inseparables: fe, práctica y estudio:
“Esfuércese en los dos caminos de la práctica y el estudio, pues el budismo no existe sin práctica y sin estudio. (…) tanto la práctica como el estudio derivan de la fe…” (El verdadero aspecto de todos los fenómenos.)
En el budismo de Nichiren Daishonin, el desarrollo de una fe inamovible y de una sólida convicción, no puede asociarse de ninguna manera, como sinónimo de fanatismo. Sin embargo, al ser personas versadas en estas enseñanzas de suprema sabiduría, es muy posible que jamás pensemos que nosotros mismos podemos ser ciegamente fanáticos… pero de hecho, es así. Y podemos serlo con total naturalidad, pensándonos a nosotros mismos, como los mayores librepensadores, por el solo hecho de repetir frases excelsas como las arriba citadas, vaciándolas de contenido.
¿Cómo darnos cuenta si estamos desarrollando una fe ciega? ¿Cómo saber si hemos tergiversado en nuestro interior, la comprensión de las enseñanzas del Buda? Y lo que tal vez sea el punto crucial, “¿cómo voy a preguntarme esto, si
siempre hice lo correcto: practiqué el daimoku y el gongyo, estudié, propagué, me capacité e incluso tengo tal o cual nivel de responsabilidad…”
Desde Siga la Ley, un lugar para reflexionar, nos gustaría hacer una sugerencia: no aceptemos
jamás dentro de la órbita de la fe, la práctica o la organización, lo que no aceptaríamos fuera de ella.
El budismo es razón, por lo tanto, cualquier práctica o pensamiento que contradiga la razón o que tenga un tinte milagroso, es una distorsión de las enseñanzas del Buda
“Porque el budismo gradualmente se ha ido trastocando, el mundo secular también se a visto sumido en la corrupción y en el caos. El budismo es como el cuerpo y la sociedad como la sombra, cuando el cuerpo se inclina, también ocurre lo mismo
Con la sombra”.
Rissho Ankoku Ron
En base a esto, todo aquello que resulta injustificable en la sociedad, lo es mucho más dentro de nuestra organización. Si hay algo que resulta inaceptable en lo laboral, social, educativo, familiar, etc. lo es mucho más dentro de la Soka Gakkai y/o las actividades que le competen.
Determinados comportamientos y/o afirmaciones, que no se nos ocurrirían tener ni consentir en otro ámbito, no deberíamos justificarlos en nosotros mismos y tampoco en otros compañeros de fe y mucho menos cuando esos compañeros tienen niveles de responsabilidad mayores a los nuestros.
El límite entre la convicción y el fanatismo, es muy sutil. Por eso es tan importante la autorreflexión: “¿Iría a un consultorio odontológico atendido por mecánicos, solo porque quien está al frente es responsable?, ¿Aceptaría mantener como empleado a una persona incompetente o desleal justificando que todo es causa y efecto?, ¿Toleraría el engaño o la traición de mi pareja, o de un amigo/a, solo porque es miembro?
La respuesta es
¡No!, nadie haría algo tan absurdo en su vida cotidiana, entonces ¿por qué lo hacemos dentro de la organización?
Ante una injusticia, un atropello o algo disparatado, ¿por qué justificamos, por qué callamos, por qué miramos para otro lado?
Algunas respuestas posibles: porque no entendimos en profundidad esta enseñanza, porque no nos hemos desprendido de enseñanzas anteriores, muchas de las cuales se basan en exacerbar sentimientos de culpa, porque no hemos desplegado nuestro coraje, etc. Pueden ser muchas las respuestas posibles, pero lo cierto es que, sean cuales fueran, lo que sí hemos desarrollado es una fe ciega, y con ella, la simiente del fanatismo.
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